Una herramienta fundamental que debe estar presente en cualquier estrategia de marketing para un despacho de abogados es la actividad en redes sociales. Muchos abogados están presentes en ellas, pero a veces puede dar la sensación que no consiguen resultados concretos. En este post analizamos los 5 errores más comunes cometidos por los despachos de abogados en su marketing sobre redes sociales y apuntamos cómo evitar estos errores a la vez que mejoramos su uso y efectividad.

1. Decir lo mismo en todas las redes

O, dicho de otro modo, creer que todas las redes sociales son iguales.

Si tienes mucho tiempo para gestionar tu presencia en internet tiene sentido que estés en todas las redes sociales – o en las más utilizadas – pero si tus recursos son limitados es mejor que elijas las que se adapten mejor a los objetivos que te has planteado y te centres en un par o tres. No es lo mismo escribir un tweet de 140 caracteres que un post en Facebook o una recomendación en LinkedIn. El contenido no puede ser el mismo y es que, muchas veces, los destinatarios tienen perfiles totalmente distintos.

Si lo que te interesa es interactuar con colegas de profesión y establecer posibles colaboraciones, LinkedIn puede ser la mejor opción. También puede resultarte útil si te interesa dirigirte a determinado tipo de profesionales a quien ofrecer tus servicios. Por el contrario, si tu objetivo es darte a conocer entre el público general porque te dedicas a áreas como derecho de familia o consumidores, probablemente te resultará mucho más útil usar Facebook o Twitter. ¿Te interesa sobre todo potenciar el posicionamiento online y quieres usar las redes sociales también para ello? Entonces ten en cuenta Google+.

2. No planificar

Usar las redes sociales como estrategia de marketing implica exponer la imagen del despacho, la marca y la reputación de tu empresa a un público muy extenso. Hacerlo sin planificación puede ser totalmente improductivo, en el mejor de los casos, o contraproducente, en el peor. No se trata únicamente de estar en las redes sociales, sino de aportar alguna cosa. De poco servirá guiarse por la intuición y dar señales de vida de vez en cuando.

¿Quieres mejorar la reputación de tu despacho? ¿Necesitas clientes por encima de todo? Sea cual sea tu objetivo (u objetivos) tenlo claro y planifica tu estrategia pensando en ese objetivo. Por ejemplo, para conseguir clientes te interesará hacer ofertas o mostrar ejemplos de tu trabajo; mientras que para mejorar la reputación de tu despacho quizá te interesa explicar detalles de vuestro servicio y ofrecer información interesante a tus seguidores.

Planifica también los detalles: cuantos mensajes quiero publicar a la semana, cuantos de estos deben contener publicidad, cuantos contendrán información sobre el negocio (presentación de los trabajadores, fotografías), de dónde puedo sacar información interesante para mis clientes (guías legales, publicaciones de libros, actos), etc.

3. Publicar por publicar

Publicar es el medio, no el fin. Es decir cuando publicas alguna cosa en las redes sociales debes saber qué pretendes conseguir con ese mensaje. Publicar mensajes sólo por llenar tus canales te puede llevar a 1. Ser molesto para tus contactos; 2. Quitar relevancia a los mensajes que sí son importantes y 3. No dar la imagen de marca que te interesa.

Ten en cuenta esto cuando hagas tu planificación y también en el día a día, cuando gestiones tus cuentas. Si crees que no estás sacando todo el partido que deberías a tus cuentas dedica tiempo a pensar como podrías mejorarlas, pero no intentes compensar la falta de contenido interesante con contenido irrelevante porque no servirá de nada.

He aquí algunas ideas para mejorar el contenido de tus perfiles en las redes sociales: plantea una pregunta para tus seguidores; comparte links a tus guías legales de Lexdir, comparte anuncios oficiales que tengan interés (como el del último día para presentar la declaración de la renta), comparte noticias de medios de comunicación, presenta a tu equipo de profesionales o haz ofertas (sin hacer spam).

4. No interactuar

Otro error muy común de los despachos en las redes sociales es usarlas como tablones de anuncios, es decir ir poniendo información más o menos interesante pero no prestar atención al feedback recibido ni estar atento a las interacciones de los demás usuarios. Eso es un error por dos motivos. El primero, porque perdemos la ocasión de aprender más sobre nuestros seguidores y dejar una mejor impresión. Por ejemplo, si alguien nos hace una pregunta y se la respondemos, causamos una buena impresión y además tenemos una idea sobre el tipo de información que necesitan nuestros potenciales clientes. El segundo motivo es que los usuarios de las redes sociales esperan poder interaccionar contigo, y queda mal hacer caso omiso de sus interacciones.

Además, recuerda que puedes empezar tú mismo la interacción, por ejemplo felicitando a alguien por algún logro, agradeciendo algún servicio o colaboración, planteando una pregunta para que tus contactos la contesten, etc. Esto también te puede servir para ampliar tus contactos, puesto que los contactos de la persona con la que estás interaccionando pueden interesarse por ti.

Por último, ten en cuenta que parte de las interacciones que recibirás serán críticas. Deberías tener una política constante respecto a las críticas, especialmente si manejan las cuentas varias personas o quien las maneja no eres tú. En general, es positivo contestar a las críticas, ya sea con una fórmula general como “gracias por su opinión, la tendremos en cuenta en el futuro” o con una respuesta más concreta. Por ejemplo si alguien comenta que nuestros servicios “son muy caros”, podemos contestar que “ajustamos nuestro precio al máximo pero procurando que no repercuta en el servicio que ofrecemos a los clientes”.

Sin embargo, lo mejor es ignorar las críticas hechas en tono amenazante o muy duro. Especialmente porque si entras en una conversación con la persona llamarás mucho más la atención sobre sus críticas. En este sentido, un pequeño truco para los usuarios de Twitter: si la persona que interacciona contigo empieza su tuit con una mención (es decir con un @ y el nombre de tu cuenta), sólo tú recibes el tuit, por lo tanto, si haces caso omiso, nadie más lo lee.

5. Confundir lo profesional con lo personal

Algunas personas usan su perfil personal en las redes sociales como perfil para promocionar su negocio, y aunque puede funcionar, también nos puede traer muchos problemas. Primero, porque no podremos usar nuestro perfil personal, como habitualmente, para expresar opiniones personales, especialmente si son susceptibles de crear polémica. Pero es que además, incluso si nosotros vamos con mucho cuidado, nuestros contactos “personales” pueden interaccionar con nosotros con bromas o comentarios inapropiados para la imagen de nuestra marca. Además, y aunque de entrada sea tentador utilizar nuestras redes personales, donde evidentemente tenemos muchos más contactos, debemos preguntarnos cual es realmente el interés de nuestros contactos “personales” por nuestro negocio.

Por eso, lo más recomendable es tener un perfil en las redes sociales únicamente profesional, para así asegurarnos que la imagen de nuestro negocio es la que nos interesa. Eso no significa que para personalizar nuestro perfil profesional, no debamos ofrecer datos personales o incluso incluir fotografías, pero siempre pensando en la imagen de marca y en los intereses de los potenciales clientes, y no en los de nuestros amigos.